La tarea básica de un abogado es proporcionar a su cliente un buen servicio legal.
Basados en este concepto, nuestros abogados preparan y proveen a nuestros clientes explicaciones e informes precisos y completos, como proveedores de servicios legales y jurídicos.

El papel de un abogado en la sociedad, en su conjunto, es “contribuir a la realización del imperio de la ley” y la función de “resolución de disputas” comprende solo una parte de ese papel.
Basándonos en este concepto, hemos venido prestando servicios legales desde nuestra creación en áreas legales tales como son la gestión de quiebras, la reconstrucción corporativa, la operación de asambleas generales de accionistas y de las reuniones de las juntas directivas, así como la gestión de herencias individuales, testamentos y fideicomisos, rehabilitación de personas involucradas en casos penales y casos de menores, a medida que descubrimos la necesidad de servicios legales en casos de “fenómenos sociales que no pueden ser considerados dentro del ámbito de la resolución de disputas”.

El actor en la resolución de disputas es el cliente.
Basándonos en este concepto, respetamos la voluntad del cliente y buscamos una solución extrajudicial de conflictos rápida e independiente a través de negociaciones y acuerdos privados como medio para hacer realidad la voluntad del cliente. Este enfoque no cambia ni siquiera cuando el foro para la solución de controversias pasa a desarrollarse de fuera del tribunal a los confines de la sala del tribunal. En los casos civiles, existen varios resultados potenciales para una resolución final, y depende de cada cliente su decisión. Consideramos todos los resultados posibles y proporcionamos servicios legales desde varios ángulos y perspectivas, con el objetivo de que el cliente, que tiene la autoridad para tomar decisiones sobre las disputas, pueda hacer el mejor juicio.